Buena parte de la civilización moderna hunde sus raíces en la inventiva dela Antigua Roma. Tanto desde una perspectiva filosófica y cultural como desde una perspectiva tecnológica. No en vano los sistemas de cloacas desarrollados e instalados por Roma a lo largo de sus territorios conquistados supusieron la inspiración y el punto de partida de los sistemas de alcantarillado moderno. Y de todas aquellas cloacas, hay una que sigue destacando por encima del resto: hablamos de la Cloaca Máxima. ¿Pero qué conocemos de ella?
¿Qué es la Cloaca Máxima?
La Cloaca Máxima, situada en Roma, es una de las redes de alcantarillado más antiguas del mundo. Una red de alcantarillado espectacular que permitió a la capital de la República y del Imperio, cada vez más densa y poblada, funcionar con normalidad sin convertirse en un foco de infecciones patógenas permanentes. Esta era su función: llevarse las aguas residuales a otro lado.
En concreto, los romanos de la época diseñaron y desarrollaron la Cloaca Máxima con el objetivo de llevar el agua residual de los ciudadanos de la capital hacia los pantanos locales. Aunque probablemente no gozase de la misma eficiencia de la que gozan las redes de alcantarillado moderno, la Cloaca Máxima de Roma sigue siendo una proeza de la ingeniería humana.
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Construcción
Debido a la falta de registros de la época o al deterioro de las fuentes de registro existentes, resulta bastante complicado datar los acontecimiento históricos romanos. No obstante, se estima que la construcción de esta cloaca capitalina comenzó más o menos en torno al año 600 antes de nuestra era. Y su impulsor no fue otro que el último rey de Roma: Lucio Tarquino Prisco. El reino pasaría pronto a ser una República y mucho más tarde un Imperio. En cualquier caso, el alcantarillado perviviría por encima de los sistemas políticos.
Sistema de distribución
Según los historiadores, el sistema original de la Cloaca Máxima era un canal a cielo abierto que recogía las aguas de los cursos naturales descendentes de las colinas, así como también la planicie del Foro Romano. En los años venideros, los ingenieros romanos comenzarían a construir sobre ciertas partes de este canal para poder seguir aumentando la urbanización. Poco a poco, más y más tramos de la Cloaca Máxima terminaron siendo tramos subterráneos. Además, pronto se conectó con los retretes públicos de la ciudad.
Funcionamiento
El funcionamiento de la Cloaca Máxima en el Imperio Romano era bastante similar al funcionamiento de las actuales redes de alcantarillado: una red de conductos recibía las aguas residuales de los diferentes puntos y las reconducía hasta las zonas naturales pertinentes. Eso sí, sin ese tratamiento que pueden recibir hoy en día y que resulta tan beneficioso. Además se estima que estuvo en funcionamiento hasta después de la caída del Imperio romano de Occidente. Se desconoce cuándo cayó en el olvido.
La Cloaca Máxima en la actualidad
Aunque nunca cayó en un olvido completo. Después de todo, el alcantarillado romano siempre ha estado ahí y hoy es un monumento más de la arquitectura de la ciudad eterna. De hecho, en la actualidad puede verse a simple vista junto a su encuentro con el Tíber. No la red de alcantarillado subterráneo, lógicamente, pero sí la bóveda de la Cloaca Máxima.
En concreto y si alguna vez visitas la zona puedes encontrarla localizada junto al puente Palatino, muy cerca de la Isla Tiberina. Sea como sea, y tal y como mencionábamos al principio de este artículo, los ciudadanos y ciudadanas del siglo XXI le debemos mucho a la creatividad y el conocimiento ingeniero de los romanos que construyeron la Cloaca Máxima. Sin duda.